25 octubre, 2009

Fotografía documental

LA FOTOGRAFÍA EN LA INVESTIGACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS MUSICALES MAPUCHES EN LA ACTUALIDAD EN ARGENTINA.

El presente texto integra la investigación: "Los instrumentos Musicales Mapuches en la actualidad en la Argentina" que fuera realizada con una Beca del Fondo Nacional de las Artes.

Las producciones fotográficas en los campos documentales y estéticos tienen en la actualidad importantes desarrollos, en especial en el universo del arte. Este reconocimiento se funda en las posibilidades de la representación verosímil que desarrolla ampliamente la imagen fotográfica.

La fotografía permite que todo hombre pueda comunicar visualmente sus imaginarios a sus coetáneos, desde su propia objetividad cada individuo propone un ejercicio a desarrollar, un diálogo visual, un movimiento que tiene funciones diversas y el cual deberá ser completado por una acción del espectador. En el espacio fotográfico no hay situaciones indiferentes Las múltiples posibilidades técnicas, comunicativas, expresivas y estéticas facilitadas por la imagen técnica llevan a que ésta sea una de las favoritas a la hora de elegir un lenguaje contemporáneo para el desarrollo de las nuevas formas de mostrar y de ver el mundo.

Por las características que posee, específicas y naturalizadas culturalmente, la fotografía se constituye en una clase privilegiada de signo visual. Esta determinación de su especificidad lleva a que la imagen fotográfica sea considerada fundamentalmente por su capacidad de “referencia verosímil” con la cosa o situación que representa. En términos de Roland Barthes, se puede decir que la fotografía muestra la escena en si, lo real literal . Sin embargo, la imagen fotográfica va más allá de lo indiscutible y desarrolla todo su potencial significativo a partir de –o sobre-, esta cuasi-analogía con lo real.

El carácter analógico de la imagen fotográfica, determina particularmente sus características como signo. Siguiendo el pensamiento barthiano, en la fotografía el acontecimiento no se sobrepasa jamás para acceder a otra cosa . A partir de estos términos, de modo cierto, se valoriza una concepción positivista de la fotografía que distingue a la imagen técnica por su carácter de documento, a la vez que mantiene su potencialidad estética. Remarca, además, la característica de imagen “directa” que “por naturaleza, la fotografía (…) tiene algo de tautológico”
Esta ponderación de la imagen fotográfica como analogía de lo real sirve para instalarla en correspondencia con los diversos usos de la técnica en los ámbitos artísticos, como así también en el de las investigaciones documentales, cual es el caso del presente trabajo.

La imagen analógica de la fotografía tiene la singularidad de ser el soporte de otros posibles mensajes codificados. Sin embargo, estos no pueden examinarse de forma separada, ya que de algún modo se destruye su sentido. El mensaje puro de la fotografía sirve para que un segundo mensaje esté siempre codificado en relación con la imagen directa; a partir de la cual se la investirá de “una analogía mecánica de lo real” para lograr que su significación pueda volverse transparente.

En este mismo sentido se entiende que cuando la imagen esta en una función estética su extensión se amplia, el signo se convierte en algo material, la existencia del signo-cosa transparenta –borra-, el referente, potenciando su lucidez. En estos casos se produce una exaltación estética del signo. Específicamente en el caso de la fotografía esta transparencia se encuentra ligada necesariamente al juego de la significación en los borrosos límites del fetiche y lo real, del arte y el documento. De tal modo que es necesario creer en el juego del dispositivo para que la apariencia se vuelva estética. La noción de analogía, al igual que la de realismo posee una fuerte determinación ideológica; y especialmente en relación a los regimenes de visibilidad de la imagen deben tenerse en cuenta las nociones de analogía y creencia.

La fotografía como signo comunicativo necesita de una mirada pragmática, es decir, un examen que rescate las especificidades que le son propias y que la validan como proceso plástico fundamental de la contemporaneidad. La importancia de una mirada fotográfica en un trabajo de investigación documental se fundamenta en que las características propias del signo fotográfico complementan y potencian los desarrollos del signo lingüístico, específicos y necesarios de los estudios documentales. La imagen fotográfica no obtura o cierra la trascendencia del signo, sino que por el contrario lo dejan abierto a un proceso de trabajo permanente y continuo; y, donde su significación se actualiza en tanto se provoca su consumo, es decir se produce en un movimiento ad infinitud.

En la realización de una fotografía documental, la producción manifiesta el carácter no fortuito o casual de la imagen sino por el contrario, una intención comunicativa ostensible, como así también, una búsqueda expresiva concreta que compromete en forma directa a una lectura esencial por parte del espectador. La apariencia circunstancial de la toma se potencia como un elemento retórico que “transparenta” los significados posibles, situación que es muy utilizada en muchas fotografías propuestas al campo del arte. Además, un tratamiento realista de la representación de los diversos planos y espacios, reales y sugeridos expone un discurso contemporáneo sobre nuestro universo.

En este trabajo el registro fotográfico está señalando semánticamente que el origen de la imagen es una representación analógica de un objeto ya existente. De tal modo que, indica -o al menos sugiere- al receptor-espectador un uso tradicional y canónico de la técnica fotográfica original para el desarrollo de la investigación documental.

Puede decirse en el caso de las imágenes que integran esta investigación -al igual que lo que sucede en ciertas relaciones entre lo escrito y la fotografía de prensa-, que lo icónico es potenciado por los textos que acompañan a la imagen, de este modo el mensaje analógico de la fotografía se vuelve redundante y establece la primera aproximación que deberá realizar el espectador. Remite directamente a aquel conocimiento cuasi-antropológico que el público común tiene sobre el “cliché” fotográfico, simulando establecer un sentido único a la imagen. Demás está decir que la imagen fotográfica como signo estético es indeterminada por excelencia, ya que en todo momento se desarrolla en forma lúdica a partir del efecto de realidad. De modo que se torna necesario otorgarle a la imagen primaria un sentido inteligible, a partir del cual sea posible examinarla. Es fundamentalmente en este caso, donde la conexión entre la imagen fotográfica y el texto funciona como “la relación entre una naturaleza y una cultura”.

En el desarrollo de esta investigación se realizó un uso de la técnica conforme a una tradición fotográfica que permite al espectador sentirse cómodo y seguro en el reconocimiento directo y primario del signo, ya que en el imaginario colectivo actual es posible concebir el desarrollo de una copia exacta de la realidad a partir de la utilización del dispositivo fotográfico. De modo tal, que la imagen existe, porque se desarrolla a partir de un artefacto que registra una representación analógica de los objetos o situaciones a las cuales se enfrenta. En este “nivel de la imagen no necesitamos otro saber que el relacionado con nuestra percepción;(…) se trata, sin embargo, de un saber casi antropológico” . Hoy no puede desconocerse que el desarrollo de un estadio simbólico en la fotografía ha sido posible a partir de un primitivo consumo natural de la iconicidad fotográfica. Esto permite que el signo sea aceptado y consumido fácilmente por el espectador. De esta manera la imagen icónica transparenta la densidad semántica del signo.

Para que la acción comunicativa de la fotografía documental que integra la investigación sea posible es necesario que al menos una parte del mensaje sea compartido entre emisor y receptor; de esta manera la propuesta de construir posibles nuevos sentidos a partir de signos conocidos –la fotografía analógica-, permite que dicha operación por parte del receptor posea una viabilidad de desarrollo mayor. Esto se torna sumamente importante, y debe ser así, pues la función comunicativa de una fotografía estética esta, necesariamente transparentada, y siempre, vuelta sobre si misma.

La determinación histórica, de un modo habitual en el uso de la tradicional verosimilitud fotográfica, ha transformado una parte de lo cultural en conocimiento cuasi-antropológico para hombre contemporáneo. Este saber histórico, que posee una densidad considerable, ha hecho posible que la imagen icónica representada por el dispositivo fotográfico se consuma, por parte del gran público, en forma naturalizada. Esta posibilidad de la imagen técnica, es lo que permite potenciar su utilización como estrategia determinante y como dispositivo favorito para las acciones documentales y estéticas.

Cuando alguien mire alguna de las fotografías que integran este trabajo puede ver primitivamente los objetos representados en ella, y/o, reconocer la técnica utilizada para la realización de la misma. Pero luego, cuando la observe, en correspondencia con uno o varios de sus posibles imaginarios, estará haciendo una lectura en relación con lo que ella trata, y en la forma en que lo hace. Es de esta manera cuando se vuelve posible llevar a la representación fotográfica a su máxima posibilidad de expresión. Es necesario que el cliché supere el estado adánico de la imagen y llegue esencialmente a estos territorios para que se convierta substancialmente en metáfora.

BIBLIOGRAFÍA
BARTHES, Roland, (1961), El mensaje fotográfico. En La Semiología. Buenos Aires: Editorial Tiempo Contemporáneo.
BARTHES, Roland, (1992) La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía. Barcelona, España. Editorial Paidos. Traducción castellana de Joaquim Sala-Sanahuja (1980) chambre claire. Note sur la photographie.
FISETTE, Jean. (-) “Man Ray “Violon d´Ingres” artículo en Francés de la bibliografía del “Seminario Medios y Técnicas: cuestiones acerca de la “materialidad del sentido”. Dictado por Oscar Traversa en el Marco del Doctorado en Artes de la FFyH de la UNC, Córdoba, Junio de 2005.

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